El entrenamiento funcional es una metodología basada en la realización de ejercicios que se adapten a las necesidades de cada persona: desde deportistas de alto nivel a personas sin ningún tipo de experiencia, a través de movimientos globales que involucran grandes grupos musculares, dinámicos y de intensidad gradual.¿Cómo podremos reconocer este tipo de entrenamiento? Aquí van algunas claves que lo definen:

1. La mayoría de los ejercicios se realizan de pie, con el apoyo de una pierna, de manera dinámica… así conseguiremos una mayor activación de la musculatura estabilizadora de la espalda y de la región intermedia (también llamado CORE o zona lumbopélvica-abdominal).

2. Se nutre de ejercicios de peso libre y no analíticos: usando diferentes implementos, desde los más tradicionales, como las barras o las mancuernas, hasta otros más alternativos como kettlebells, balones medicinales, sandbags, etc. Las fuerzas y estímulos recibidos serán mucho más naturales (y funcionales) que los vectores de fuerza guiados en las máquinas tradicionales.

3. Introduce inercias y aceleraciones, donde los músculos realizan un trabajo diferente ya que se ejecutan movimientos a diferentes velocidades en distintas direcciones: frenadas excéntricas, rápidas contracciones…, estímulos importantes para conseguir nuevas adaptaciones de fuerza y potencia muscular.

4. Trabaja de forma global, es decir, mediante ejercicios multiarticulares, movimientos que generan una mayor coordinación intermuscular y a través de los cuales somos capaces de movilizar mayores cargas y, por tanto, de aplicar estímulos más intensos.

5. Se incluyen estímulos cardiovasculares, normalmente de corta duración y de alta intensidad, alternándose con ejercicios de fuerza o potencia muscular, creando una rutina de entrenamiento muy completa desde el punto de vista de la salud y el rendimiento.

Algunos de los beneficios que nos proporciona esta metodología:

  • Fortalecimiento de la musculatura de forma global: al trabajar en rutinas «full body», se ejercita el sistema muscular en conjunto a través de cadenas (grupos de músculos conectados) con un solo movimiento, mejorando la fuerza y la potencia muscular (saltos, lanzamientos, sprints…).
  • Mejora del fitness cardiorrespiratorio: para que nos entendamos, mejora nuestra capacidad cardiovascular y respiratoria, por la duración de los entrenamientos y los estímulos de intensidad que en él se dan.
  • Aumenta la flexibilidad y la coordinación: tanto la movilidad articular como la elasticidad muscular, así como nuestra capacidad de realizar movimientos globales y complejos a nivel coordinativo.
  • Mejora la postura corporal: los ejercicios funcionales también trabajan la musculatura estabilizadora central (CORE: musculatura abdominal, lumbar, glútea, erectores de la espalda…) y de la cintura escapular (escápulas, hombros y zona cervical), ayudando a mantener una posición erguida.
  • Disminuye las lesiones de espalda: como consecuencia de la mejora de la postura, la espalda (desde la zona cervical hasta la lumbar) se volverá más fuerte y resistente, soportando mejor las cargas del día a día, desde tensiones musculares hasta lesiones articulares o discales (profusiones, hernias…).
  • Reduce la grasa corporal: combinado con una dieta saludable y adaptada a cada persona, el entrenamiento funcional ayuda a disminuir el tejido graso de manera global, con todos los beneficios en la salud que ello conlleva.
  • Mejoras a nivel metabólico: un entrenamiento combinado como este disminuye el riesgo de padecer enfermedades metabólicas: resistencia a la insulina, hipercolesterolemia (colesterol elevado), diabetes, hipertensión, obesidad, disfunciones hormonales (especialmente en mujeres), deterioro cognitivo…
  • Optimiza el rendimiento deportivo: no solo por todo lo comentado anteriormente, sino también por la reducción significativa del riesgo de lesión.
  • Aumenta la autoestima: las endorfinas que genera la práctica deportiva nos aportan sensación de bienestar y, si le sumamos el aumento a masa muscular y la reducción de tejido graso, mejorará nuestra percepción corporal y salud psicológica.
  • Fomenta las relaciones personales: este tipo de entrenamiento se suelen llevar a cabo en grupos, donde podrás entrenar codo con codo y conocer a otras personas en un ambiente distendido y muy divertido.

En definitiva, mejorará tu salud y bienestar corporal y psicológico mientras te diviertes, ¿a qué estás esperando para probarlo?